Vine al mundo la primavera de 1957 en Emigrancia, un lugar que no está en los mapas porque está en el aire, dando vueltas al globo terráqueo como si se tratara de un tiovivo, y al momento de saltar de dicho tiovivo caí en Barcelona. Pero a mi padre Emigrancia lo había soltado en París, a mi madre y mi abuela materna en Bilbao, a mi abuelo materno en Méjico y mis abuelos paternos en Alzira (Valencia), y si sigo remontándome en mi árbol genealógico encuentro gallegos, burgaleses, vascos de los dos lados de la frontera… Y como la sangre tira mucho, yo también decidí emigrar el año 1990 a El Bierzo, donde resido desde entonces.

Mis aficiones son múltiples, aunque sin llegar a profundizar ni especializarme en nada, pues quiero abarcar tantas cosas que no aprieto en ninguna. Si alguna afición podría decirse que destaca sobre las demás, ésta sería la música, que ha marcado mucho mi vida, hasta el punto de que cuando emigré de Barcelona a El Bierzo tenia la edad de 33 1/3 años, la velocidad (33 1/3 rpm) a la que ruedan los vinilos. Aunque siempre tuve la afición a imaginar historias a partir de algún hecho real, nunca tuve la constancia suficiente para llevarlas al papel. Parece que ahora he encontrado el ambiente emocional propicio para dar ese paso.